domingo, 25 de marzo de 2012

Observando y explorando - El Dios que todo lo sabe y todo lo ve

El 14 de julio de 2011 nos salimos a aventurar al patio trasero de la casa con mis hijos. Ibamos bien armados con nuestras lupas, pinzas, y nuestros recipientes para poder atrapar algún diminuto animal interesante que se cruzara en nuestro camino.
Les di sus "herramientas de trabajo" y les expliqué que iríamos a explorar y observar las cosas que Dios creó para nosotros.
Y como era de esperarse, nos encontramos con un grupo de hormiguitas que estaban muy ocupadas trabajando, recogiendo algunas hojas y llevándolas a su refugio.
Observamos a las hormigas mientras trabajaban. Les dije a los niños que ellas estaban tan ocupadas en sus labores que ni cuenta se daban que había alguien que observaba y analizaba detenidamente lo que hacían.

Aprendimos que igual que las hormigas, nosotros estamos abajo y Dios esta arriba. Dios nos observa siempre aun cuando nosotros no lo vemos. Podemos llegar a sentir que esta cerca de nosotros pero a veces estamos tan ocupados que ni lo sentimos o se nos olvida.
Ya que él siempre nos esta observando, por eso nos conoce y sabe todo de nosotros y todo lo que hacemos, aun cuando pensamos que estamos solos o que nadie nos ve. Hablamos sobre la omnisciencia y omnipresencia de Dios, se que son palabras complicadas para los niños y que seguramente no recordaran lo que significan, pero es bueno que escuchen esas cosas por primera vez de nuestra boca y en nuestro hogar y no en una clase de la primaria y de paso ya se van familiarizando desde niños con el lenguaje del evangelio. Mientras observaban animados a las hormigas les hablaba de la importancia de orar, de preguntar y consultarle al que todo lo ve y al que todo lo sabe.

Ahora, mis hijos cuando hacen algo que no esta bien, les digo que Dios sabe lo que ellos hicieron y se siente triste; ellos reaccionan con una cara picara que dice "Lo hice a escondidas". Pero yo les recuerdo lo que aprendimos con las Hormigas y al escuchar eso, el mensaje de su rostro cambia a "Oh, oh, se me había olvidado...".

Sal y explora con tus hijos ese diminuto mundo que hay en el patio de atrás de tu casa, y si observan con el ojo del evangelio, podrán aprender muchos principios importantes. No hay niño que se resista a una lupa, unas pinzas, unas hormigas y todo un diminuto mundo por observar.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Tu opinión sobre este post o blog