martes, 19 de agosto de 2014

Las Noches de Hogar desastrosas nos mantienen unidos





El lunes pasado (11 agosto 2014) hicimos la noche de hogar con el tema del domingo pasado del tiempo para compartir. El tema era "la noche de hogar fortalece a mi familia". Les enseñé a los niños una foto de nuestra familia y preparé un juego y otras cosas divertidas mientras les enseñaba la importancia de hacer nuestras noches de hogar, participar todos en la elaboración de la misma y aprender de la lección para que esas cosas nos mantengas a todos unidos.


Desde el principio mis hijos estaban tan, pero tan irreverentes que no querían jugar los juegos, no escuchaban y no paraban de saltar en los muebles y hacer burla de lo que yo decía. Mi esposo y yo intentábamos calmarlos y ponerlos quietos pero nada funcionaba. De pronto no aguanté más y agarré nuestra foto familiar, la rompí y repartí a cada niño el pedazo que le correspondía. Llorando de enojo les dije que cada uno podía dejar de participar en la noche de hogar e ir a hacer lo que quisieran los lunes pero que yo ya no iba a preparar la noche de hogar sólo para que niños malcriados no pusieran atención. Les dije que lo que Satanás quiere es que no hagamos las noches de hogar para separarnos y no estar como familia para siempre así como nuestra foto que ahora estaba rota y todos estábamos separados.
¡¡Hubieran visto a esos 4 niños!! Primero estaban en shock y cuando salieron del asombro empezaron cada uno (casi en cámara lenta) con mucho drama a ver el pedazo de la foto que estaba en sus manos y a ver los otros pedazos de la foto de los otros niños. Luego empezaron a gritar, "¡noooooooooo!". Lloraron como locos los cuatro, y mi esposo, todavía en shock, lo único que pudo decir fue: "Uh oh! Mami esta enojada".
 Los niños empezaron a unir las piezas de la foto ahogados en llanto y diciendose unos a otros, "vamos a traer cinta adhesiva  para unir a nuestra familia otra vez" y dramáticamente estaban pegándola y le pidieron ayuda a su papá. Yo sólo estaba sentada frente a ellos llorando y dijeron: "Mami, haga 
 para que nos mantengamos unidos como familia". 
Les ayudé a pegar la foto y les dije que esa iba a ser la lección. Mi esposo dijo: "Bueno, al menos esta lección la van a recordar el resto de su vida!.
Luego el domingo pasado en el tiempo para compartir la maestra dio esa clase que yo estaba tratando de darle a mis hijos ese lunes y ella preguntó: ¿Cuál ha sido la mejor 
 que ustedes han tenido o la que más recuerdan? Yo le dije a Zack y Caleb: "Yo sé cual es su preferida, la del lunes que pasó". Ellos me voltearon a ver enojados, con ojos cristalizados por las lagrimas y me dijeron: "Esa fue la más horrible noche de hogar de toda nuestra vida. Usted destruyó nuestra foto donde estábamos juntos". Yo les respondí: "No, fueron ustedes con su desobediencia e irreverencia por las cosas importantes". Se quedaron pensativos y dijeron que ellos querían su familia unida para siempre.


Sé que ese lunes no dí a mis hijos una gran lección porque estaba motivada por el espíritu, sino por el impulso y la paciencia que se me agotó, simplemente mi primer impulso era de querer sacar a cada uno de ellos de la casa y ponerle llave a la puerta pero cuando estaba a punto de hacerlo algo me dijo que el sacarlos de la clase no los haría aprender e inmediatamente me invadió un enorme deseo de desahogar mi enojo rompiendo esa foto sin lastima y entregarles los pedazos, y demostrarles con crueldad lo que pasa cuando uno o más integrantes de la familia lucha y lucha y los demás no se muestras interesados en los esfuerzos del otro. 
Créanme que ese día no fue fácil sentarme con ellos otra vez y arreglar la foto rota todos juntos. No quería hacerlo, quería dejarlos solos e irme a dormir, pero ví su arrepentimiento sincero y su deseo de que esta vez sí estarían reverentes y respetuosos, y como las otras mil veces más, les dí otra oportunidad. Así que hablandaron mi corazón y me uní a ellos.


Fue cruel, pero mis hijos vieron y sufrieron (dentro de lo que podían captar a su edad) lo terrible que puede ser tener una familia destruida por las mismas decisiones de sus integrantes. Se dieron cuenta que una familia si se puede destruir. Que esa es una terrible verdad que puede pasar si no tenemos cuidado de lo que hacemos como individuos. 


Yo aprendí que las noches de hogar desastrosas nos mantienen unidos cuando las seguimos dando. Nos hacen mas fuertes cuando demostramos esfuerzos y lucha por seguir a pesar de la adversidad.