miércoles, 19 de diciembre de 2012

Enseñar a los hijos a reconocer los dones del Espíritu Santo



¡Hola!

Les cuento que ayer mi hijo Caleb nos hizo pasar a mi esposo y a mi un momento hermoso en nuestra vida en familia.
Ayer en la tarde Caleb me preguntó si podía prepararle un snack porque tenia hambre. Yo le dije que si pero que esperara un rato. A los pocos minutos fui a la cocina y para mi sorpresa Caleb estaba allí llenando de agua unos vasos. Le pregunté qué estaba haciendo y me dijo que él sabia que yo estaba cansada porque estoy embarazada y decidió ayudarme para que yo pudiera descansar. El ya había puesto un plato con un vaso con agua para cada miembro de la familia. Me preguntó qué dónde estaban los wafles congelados para ponerlos en el tostador y servirle a cada uno. Le enseñe dónde estaban las cosas y se puso a calentarlos y servirlos.
Le pregunté que por qué él hacia eso y me contesto que en ese momento en su corazón habia mucho amor para con sus hermanos y padres y que deseaba servirnos porque sabe que sus hermanos estan pequeños y yo estoy embarazada; que su papá y yo le hemos dicho que las mujeres cuando estamos embarazadas nos cansamos mucho porque llevamos un bebe adentro, y ha visto a su papá que siempre me ayuda cuando yo estoy cansada. Dijo que el espíritu estaba con él en ese momento, el cual le hace querer hacer cosas buenas por otros.
 El me explicó que suponía que era el espíritu porque su corazón estaba lleno de amor por nosotros y de querer servirnos.

Me alegra mucho que él ya pueda reconocer la influencia del Espíritu y familiarizarse con Sus dones.
Y eso se ha logrado porque cada vez que lo vemos contento, compartiendo con sus hermanos, reverente, con deseos de ayudar etc. le decimos que esta sintiendo el espiritu porque el espiritu es el que trae todos los sentimientos buenos y si siente cosas malas en su corazon como miedo, enojo etc. es porque el espiritu se alejó. Esa practica diaria ha logrado que ahora él reconozca qué tipo de sentimientos tiene en el momento y de dónde vienen.
Incluso a veces cuando estamos jugando todos o tratándonos bien unos a otros él nos dice: ¡Parece que el Espíritu esta en la casa porque todos estamos tratándonos bien!  O cuando empezamos a gritar o pelear decimos: Oh no, el Espíritu se fue porque nos pusimos enojados, debemos alegrarnos para que regrese. Y eso hace que rápido todos hagamos algo para alegrarnos.

Inténtenlo con sus hijos todos los días, cada vez que sus hijos estan experimentando buenos y malos sentimientos y veran que pronto ellos reconocerán la diferencia entre la presencia y la ausencia del Espíritu y desearan cambiar su actitud para atraer al Espíritu a su casa otra vez.

Nuestros lideres generales nos han enseñado que la mejor herencia que podemos dejarle a nuestros hijos es el saber reconocer la influencia del Espíritu Santo.