martes, 9 de julio de 2013

Tan solo pruébalo y el Señor sembrará en ti ese gusto que ahorita no tienes - Huevos verdes y jamón



Hora de almorzar y hora de convertirse en payaso, en nutrióloga, doctor, de todo, solo para lograr que se acaben toda su comida.

Típico! Les serví el almuerzo a los niños y no querían comer.  La excusa era que estaban seguros que esa comida no les iba a gustar porque se veía rara y nuca la habían probado antes. 
Esta vez, lo primero que invadió mi mente fue la historia que sale en 1 Nefi 17:2 y 12  la historia de los hijos de Lehi en el desierto. Cuando Dios les dijo que no encendieran fuego y no cocinaran los alimentos para no atraer la atención de animales salvajes, con la promesa de que él haría que los sintieran ricos y fueran saludables. Ellos obedecieron y creyeron, así que los alimentos fueron ricos a su paladar y saludables para sus cuerpos, dice la escrituras que sus niños crecieron fuertes y sus mujeres tuvieron abundante leche. (Hubieran visto la cara de mis hijos al contarles que comían carne cruda de animales). A veces tengo que mostrarles exactamente dónde esta la escritura que cuenta esas historias tan extraordinarias para que puedan creerme. 

Les dije que Dios tiene poder para hacer que algo nos guste. Hicimos nuestra oración para bendecir los alimentos y pedimos al Señor que hiciera que les gustara la comida, y luego vimos unos dibujos animados del libro "Green eggs and ham" de Dr. Seuss en youtube ("Huevos verdes y jamón").  Los niños se comieron toda la comida y dijeron: This is our favorite food now! Is delicious! (¡Ahora ésta es nuestra comida favorita, es deliciosa!).
 Ellos aprendieron en un tiempo de almuerzo que Dios hace que algo nos guste cuando antes pensábamos que ni siquiera lo podíamos probar. Aprendieron que aun en cosas tan "triviales" como lo es pedir que nos dé el deseo de comer algo, es importante para él. 

 Y esta enseñanza no se aplica solo a la comida con los niños, sino a nosotros como adultos cuando no estamos dispuestos a hacer algo que estamos seguros que no haremos bien o que no nos va a gustar o no nos vamos a adaptar. El Señor escucha y contesta, él siembra en nosotros un deseo o despierta un interés si tan solo estamos dispuesto a intentar probar o intentar  hacer algo nuevo que es preciso que hagamos. 

Ora. Pide descubrir o sembrar en ti esos deseos de amar lo que te espera adelante y lánzate. Si es algo  bueno, lo demás no importa. El Señor nos bendice en el camino siempre y cuando estemos dispuestos a dar los primeros pasos a ciegas.





1 comentario:

  1. Me encanta esta historia. Nunca había entendido esta escritura del Libro de Mornón hasta que leí tu historia y la verdad que me llenó el corazón, me hizo amar un poco más el Libro de Mormón. Muchas gracias por compartirla!!!

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