Tengo a mi hijo mayor el cual cumplirá 7 años este mes de marzo del 2014. Me emociona que ya pronto tendré un hijo que se puede bautizar; al mismo tiempo me aterra saber que una vez que cumpla sus 8 años y se bautice, todo lo que haga negativo de alli en adelante será su culpa, algo que será escrito, algo por lo que será juzgado.

El saber eso me ha hecho esforzarme por enseñarle a mis hijos lo más que pueda durante esos 8 años. Desde que mi primer hijo nacio he llevado esa "cuenta regresiva". Tal vez piensen que soy una madre paranoica y sí, tengo mucho miedo del mundo y los desafios que le vendran a mis hijos. Durante estos 8 años vivo con miedo, pero no importa. Prefiero vivir el temor ahora y cuando venga el día en que deba dejarle mis hijos al mundo, esos 8 años trabajados me brindaran la paz y la tranquilidad que los profetas de Dios nos han prometido de que si nuestros hijos son instruidos desde niños con diligencia y amor, cuando esten grandes no se apartarán del Señor. Sé que nuestra tarea no termina del todo a los 8 años y que dolorosamente algunos sí se apartaran y nunca volveran, pero no viviré el dolor de no haber aprovechado el campo fértil que se me dio en algun tiempo.
Una de las maneras que he encontrado que ha sido beneficiosa para aprovechar ese corto tiempo es usar la Noche de hogar del lunes. En ella doy una leccion del Tiempo para compartir y luego los siguientes días de esa semana hablamos de manera informal y resumida (En el carro, mientras les cepillo los dientes etc., de unos 3 a 5 minutos) sobre el tema. Si en la Noche de hogar hicimos un juego, lo jugamos todos los días hasta el siguiente lunes que toque otra clase. En este blog iré publicando esas noches de hogar y los juegos implementados por si les interesa hacerlo en su casa o en su Tiempo para compartir si es que son líderes de la Primaria.
Pueden leer un discurso de la Conferencia General muy bueno sobre la condición especial de los niños dando clic aquí. Hay otro discurso de la Conferencia General de 1994 que nos enseña cómo enseñar a nuestros hijos a discernir la verdad del error, léelo aquí.
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