domingo, 29 de diciembre de 2013

Antiguo Testamento Josué 11-23, La tierra de su herencia \ La herencia del abuelo


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Entonces Josué dividió la tierra en 12 partes. Dio una parte de la tierra a cada tribu de Israel.
 La gente construyó nuevas casas y ciudades y granjas. Josué 11–23

Anteayer (27\Dic\2013) leí este pedacito del libro "Historias del Antiguo Testamento" a mis hijos como lectura familiar de las escrituras: "Y entonces Josué dividió la tierra en 12 partes. Les dio una parte de la tierra a cada tribu de Israel. La gente construyó nuevas casas y ciudades y granjas. Josué 11-23".

Siempre trato de aplicar o darles un ejemplo de algo actual o que se aplique a sus vidas que les ayude a visualizar de manera mas personal las escrituras, asi que inmediatamente después de leer ese párrafo recordé algo que podía aplicarse y es lo siguiente:
El bisabuelo de ellos (El abuelo de mi esposo al que hemos cuidado y el dueño de la casa en la que vivimos) antes de morir dejó por escrito que quería que sus 6 hijos se repartieran equitativamente todo lo que él tenia. A todo eso se le llama herencia.
 Igualmente, Dios les estaba repartiendo su herencia a cada tribu. Le dije a mis niños que los hijos del abuelo deben vender todas las cosas de él y repartirse el dinero de la ganancia, la cual será su herencia. Debian vender el carro, la casa...  cuando dije "la casa", (Hubieran visto el rostro de Caleb y Zack) Mis hijos tenian una expresión de asustados y pudimos notar con mi esposo que estaban a punto de llorar. Estaban preocupados de que teniamos que irnos de la casa y vivir en la calle. Me parece que sus mentes trabajaron a mil por hora en ese momento al imaginarse un futuro oscuro en cuanto a nuestro paradero. Les explicamos que nosotros ibamos a comprar la casa, y que todavía podiamos seguir viviendo en ella. Nuestros hijos dieron un enorme respiro de tranquilidad y una enorme sonrisa borró su preocupación. Al igual que mi esposo, mi suegra y los abuelos, ellos AMAN esta casa. No se qué hay aquí pero todos ellos se sienten atados a ella. Según mis hijos esta es la casa mas bonita del Estado. Una vez íbamos por un vecindario muy lujoso y de broma le dije a mi esposo que me comprara una casa así de grande como la que estábamos viendo, Caleb escuchó y muy triste dijo: "Mami, ¿No le gusta la casa en la que vivimos? Yo creo que la nuestra es la mas bonita de todas, yo no quiero otra casa". Tuve que retractarme y darle la razón para que no se sintiera ofendido. Incluso, la otra vez lo escuché decirle a un compañerito de la escuela que él vivía en una casa ¡súper cool! (¡fabulosa!).
Lo siento, ya me salí del tema...
Les explicamos que asi como los israelitas estaban cuidando bien su herencia, al construir nuevas casas y trabajar la tierra, nosotros tambien deberiamos cuidar de la herencia del abuelo, que aunque no es herencia para nosotros, es la casa de él y al igual que Dios, estará feliz de que cuidemos las cosas de ellos nos dan.

De este pedacito de las escrituras mis hijos pudieron saber mas sobre su familia, sobre lo que es una herencia, sobre la herencia que Dios prometió y dio a los Israelitas y la importancia de cuidar lo que era de otros; aprendieron lo que esta pasando actualmente en nuestra familia (que esta casa no es nuestra pero que la vamos a comprar y que algunas cosas que hay en ella son los hijos del abuelo).

Fue muy interesante informar a nuestros hijos sobre la herencia del abuelo y cómo funcionan esas cosas.

Con la lectura de las escrituras nuestros hijos estan aprendiendo mucho de su propia familia. Y lo bueno es que ellos se involucran en la plática y nos hacen más y más preguntas y análisis de las escrituras se extiende mas alla de lo que leemos...

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